La FIFA confirmó el miércoles que Arabia Saudita será la sede de la Copa Mundial de 2034, subrayando la creciente influencia del reino del Golfo en el deporte mundial a pesar de las críticas al historial de derechos humanos del país. Al mismo tiempo, un congreso digital del organismo rector del fútbol mundial confirmó que Marruecos, España y Portugal serán anfitriones conjuntos del Mundial de 2030, en el que también se jugarán tres partidos en América del Sur. La candidatura saudí fue aprobada por aclamación durante la reunión de las 211 asociaciones nacionales miembro de la FIFA, sin rivales que se interpusieran en su camino.
“Es un día de orgullo, un día de celebración, un día en el que invitamos al mundo entero a Arabia Saudita”, dijo Abdulaziz bin Turki bin Faisal al Saud, ministro saudita de Deportes.
“Tenemos la intención de tener una versión extraordinaria del Mundial en nuestro reino”.
Sin embargo, hubo una condena inmediata de grupos de derechos humanos que insistieron en que entregar la organización del torneo al país pone en riesgo la vida de los trabajadores de la construcción y “marca un momento de gran peligro”.
La FIFA había invocado su principio de rotar la Copa del Mundo entre continentes, lo que significaba que sólo las candidaturas de Asia u Oceanía eran bienvenidas para 2034.
La organización sin precedentes del torneo de 2030 involucrará a tres confederaciones continentales en Europa, África y América del Sur, mientras que la próxima Copa del Mundo en 2026, la primera en la que participarán 48 equipos, se llevará a cabo en toda América del Norte.
De manera controvertida, el año pasado el organismo dio a los posibles postores apenas un mes para presentar sus candidaturas, y Australia e Indonesia rápidamente abandonaron su interés.
Eso dejó a Arabia Saudita como el único candidato, allanando el camino para que la Copa del Mundo regresara a la región del Golfo tan pronto después de que Qatar fuera sede en 2022.
El gobernante de facto del reino, el príncipe heredero Mohammed bin Salman, ha estado utilizando el deporte durante algún tiempo para acumular influencia y mejorar su imagen world; sin embargo, los críticos dicen que en realidad está “lavando el deporte” al desviar la atención del historial de derechos de Arabia Saudita.
‘Momento de gran peligro’
La concesión de la Copa del Mundo a Arabia Saudita hará que la cuestión de los derechos humanos vuelva a ser un importante tema de conversación, tal como lo fue hace dos años.
“Somos inclusivos y no discriminatorios, y queremos obtener un impacto social positivo”, dijo el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, en sus comentarios finales.
“Por supuesto, somos conscientes de las críticas y los temores, y confío plenamente en que nuestros anfitriones abordarán todos los puntos abiertos de este proceso y lograrán una Copa Mundial de la FIFA que cumpla con las expectativas”.
Añadió que “las mejoras sociales y los impactos positivos en los derechos humanos” son “responsabilidades de albergar una Copa del Mundo”.
Los grupos de derechos humanos destacan las ejecuciones masivas en Arabia Saudita y las acusaciones de tortura, así como las restricciones a las mujeres bajo el sistema de tutela masculina del país conservador. La libertad de expresión también está severamente restringida.
La decisión de la FIFA de conceder el torneo a Arabia Saudita “a pesar de los conocidos y graves riesgos para los residentes, los trabajadores inmigrantes y los aficionados visitantes, marca un momento de gran peligro”, dijeron Amnistía Internacional y otras 20 organizaciones en una declaración conjunta.
“Basado en pruebas claras hasta la fecha, la FIFA sabe que los trabajadores serán explotados e incluso morirán sin reformas fundamentales en Arabia Saudita y, sin embargo, ha decidido seguir adelante de todos modos”, dijo Steve Cockburn, director de Derechos Laborales y Deportes de Amnistía.
‘Celebración del centenario’
El torneo de 2030 marcará un siglo desde que se celebró la primera Copa del Mundo en Uruguay y, como resultado, la inigualable candidatura conjunta de Marruecos, España y Portugal también hará que la nación sudamericana reciba un partido junto con Argentina y Paraguay.
La FIFA confirmó hace más de un año que la propuesta conjunta liderada por Marruecos, España y Portugal period la única candidata para 2030, quedando todas las demás candidaturas potenciales en el camino.
Cuatro países sudamericanos lanzaron una candidatura conjunta en 2019, convencidos de que el Mundial centenario debería tener lugar íntegramente en el mismo continente donde empezó todo.
Mientras tanto, Marruecos reemplazó a Ucrania como socio de España y Portugal, mientras que Sudamérica aceptó hacerse a un lado a cambio de albergar tres partidos.
Tras estas “celebraciones del centenario” en pleno invierno del hemisferio sur, los seis equipos participantes cruzarán el Atlántico para disputar el resto del torneo.
España, que fue sede de la Copa Mundial de 1982, debería ser la pieza central, ya que cuenta con 11 de los 20 estadios propuestos.
Marruecos, después de no conseguir en cinco ocasiones anteriores la concesión de la sede del torneo, se convertirá en la segunda nación africana en albergar la competición después de Sudáfrica en 2010.
Las posibles sedes para la last del 21 de julio incluyen el Santiago Bernabéu en Madrid y el renovado Camp Nou de Barcelona, así como el planeado estadio Hassan II entre Casablanca y Rabat, que tendrá una capacidad para 115.000 espectadores.
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